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jueves, 2 de febrero de 2017

Escándalo por topless en Necochea deja mal parada a la policía.

Por Raúl Enrique Bibiano

Leyes obsoletas y resoluciones administrativas que resultan tan ambiguas como los machistas que las sancionaron. La Justicia determinó que enseñar los senos en la playa no comete infracción ni delito.


La falsa moral de los hipócritas que promueven normativas encontradas contra la Libertad y los Derechos de las Personas, tratan de obligar a las mujeres a ocultar sus atributos naturales de forma inquisidora en pleno siglo XXI.

Los hechos en video:


Más allá de si esté bien o esté mal para algunos, no podemos pretender que los Derechos de la Mujer, estén siempre cuestionados. Después de todo, desde tiempos remotos, las mujeres exhibieron sus senos, lo cual no debe ser tomado como una cuestión ofensiva.

Si bien resultaría algo inapropiado ir a trabajar o circular por las calles desnudas o semi desnudas, en lugares como playas o piscinas, no se puede admitir que una mujer de la edad que fuere, tenga que ser objeto de sanciones penales o administrativas por exhibir sus senos con total libertad.

Estos ataques hacia sus libertades, son propios de mentes insanas que mas bien, podríamos comprender como propiamente dicho, actos de violencia de Género.

Ya en varias oportunidades, ha ocurrido en distintos lugares de la provincia de Buenos Aires, que una mujer sea censurada por amamantar públicamente a su bebé, acto que más allá de ser una obligación natural alimentaria, debe ser interpretada como un hecho normal, un acto de amor.

Pero días pasados, en una playa pública de la ciudad bonaerense de Necochea, un falso moralista armó un escandalizate incidente al llamar a la policía por el sano atrevimiento de un reducido grupo de mujeres turistas que sin maldad alguna, decidieran tomar sol sin la parte superior de sus trajes de baño. (topless)

La cuestión derivó en el arribo al balneario de al menos 6 patrulleros y no menos de 20 uniformados entre los que habían además, policías femeninas que las obligaron a abandonar el lugar, previo vestir sus partes superiores para tapar sus pechos.

Todo indicó que los uniformados orinaron fuera del tarro, como lo hacen siempre, embistiendo contra personas sanas que solamente intentaban un bronceado parejo y disfrutar de sus derechos humanos.
Empero, la cuestión fue más allá y hasta absurdamente, labraron actuaciones contra las mujeres por presunta infracción de exhibiciones obscenas.
Cuando las mujeres en una playa lucen de topless, los hombres las atacan con su falsa moral!
Cuando los hombres orinan en  la vía pública a cualquier hora contra contenedores de residuos, nadie dice nada!
Duro ha sido el revés, no solo para los ignorantes y abusivos funcionarios policiales, más también para los falsos moralistas de siempre que solo esperan una mínima oportunidad para ejercer su instinto de violentos contra la mujer en general.

Las actuaciones que labraron fueron archivadas por el juez penal de feria en turno que emitió un fallo en primera instancia de la Ciudad de Necochea. Se trata nada menos del Dr. Mario Juliano, quien además de ello, ha tenido la valiente determinación de publicar personalmente un artículo en el que queda resaltado que “mostrar las tetas no es delito”.

A fin de trasladar el propio entender del magistrado en su artículo, deseo compartir de forma textual con mis lectores y en sus propias palabras, lo que el Juez Dr. Mario Juliano ha transmitido públicamente a continuación:

Por Mario juliano
Director ejecutivo de la asociación pensamiento penal. Juez del tribunal en lo criminal 1 de Necochea.

"Mi ciudad, la ciudad que amo, la ciudad en la que vivo, ha sido el escenario donde se encendió la mecha de la polémica sobre la desnudez, desde el momento que una muchachas decidieron quitarse el corpiño en una playa pública atestada de veraneantes. En los hechos, se convirtió en un verdadero acto de rebeldía cívica frente a determinadas pautas culturales.

En estos días me tocó, como juez de feria, resolver las actuaciones policiales sobre el caso. En primer lugar dispuse el archivo de las actuaciones, ya que desde mi perspectiva los hechos carecían de relevancia contravencional. La norma que podría sancionar este tipo de hechos se refiere a actos obscenos que afecten la decencia pública.

Tal como se comprenderá, coincidir acerca de qué es lo que significa un acto obsceno o en qué consiste la decencia pública es una tarea imposible de lograr. Ero, independientemente de ese aspecto legal, lo cierto es que el hecho que una mujer descubra sus pechos no representa un acto objetivamente lesivo para terceros y, por ende, se encuentra exento de la autoridad de los magistrados.

Los seres humanos somos los únicos integrantes del reino animal que tenemos serios problemas para convivir con nuestros cuerpos y que hacemos de esas dificultades un buen motivo para enfrentarnos y guerrear. El color de la piel ha sido el tradicional argumento para desatar verdaderos genocidios. El sexo con que nacemos influye en nuestras vidas y determinará que en lo sucesivo tengamos mayores posibilidades de ser objeto de violencia o menor acceso a las oportunidades. Los rasgos aindiados de las facciones serán un obstáculo para trasponer algunas fronteras geográficas.

La prohibición de la exhibición de ciertas partes del cuerpo se inscribe en esa problemática y tiene la misma raíz autoritaria que los ejemplos señalados. La cultura occidental se escandaliza frente a la tradición de algunos pueblos musulmanes que obligan a las mujeres a cubrirse el rostro en público con un velo, del mismo modo que sonreímos superados cuando vemos fotos de las primeras décadas del siglo XX que nos muestran a bañistas mujeres enfundadas en trajes que apenas dejaban ver sus manos y sus pies, pensando para nosotros mismos sobre la ridiculez de ciertas costumbres.

Los conflictos con el cuerpo han sido relacionados con la curiosa noción de la moral pública, que aún sin conocer su significado y sus alcances, ha sido uno de los potentes argumentos para imponer una forma de vida a personas que no comparten los gustos de quienes deciden qué es lo que debe entenderse por ese concepto. La moralidad pública no se agota en una mera discrepancia sobre los gustos personales y formas de posicionarse frente a la vida, sino que se traslada al ámbito penal para reforzar las ideas de quienes tienen la posibilidad de regular nuestros comportamientos, sancionando con penas de arresto o prisión a los que se opongan a la visión oficial.

La defensa irrestricta de las libertades me lleva a posicionarme en favor de las mujeres que decidieron descubrir sus pechos, del mismo modo que apoyo las manifestaciones (tetazos) que ocurrirán en los próximos días en defensa de los derechos. Esa es una de las formas (en ocasiones la única posible) de provocar un debate sobre las cuestiones que nos conciernen, del mismo modo que ocurre con otros temas (marihuana, edad de punibilidad, violencia de género) que deben formar parte de una agenda amplia y generosa en la que participemos la mayor cantidad de personas, propio de democracias más deliberativas.

La ocasión (la enorme repercusión nacional e internacional del episodio) me pareció propicia para reclamar a la legislatura bonaerense la necesaria reforma del Código de Faltas en general, y particularmente su artículo 70, que es el que reprime a los actos obscenos. El Código de Faltas, vigente desde marzo de 1973, es una verdadera rémora autoritaria y los bonaerenses nos merecemos contar con una herramienta legal adecuada a una sociedad moderna, que contribuya a la convivencia y el uso igualitario de los espacios públicos.

Finalmente, ante la posibilidad que estos hechos se reiteren en las playas necochenses, o que se produzcan manifestaciones a favor o en contra del ejercicio de ese derecho, reclamé a las autoridades policiales que se conduzcan con extrema prudencia, evitando el empleo de medidas coercitivas, tratando de mediar en las situaciones conflictivas (si se presentaran) para evitar la producción de hechos de violencia.

Una sociedad diversa y plural no puede aspirar a la unanimidad de las opiniones. Eso sólo ocurre en los regímenes dictatoriales. Difícilmente nos pondremos de acuerdo sobre la desnudez y la forma de practicarla. De lo que se trata es de encontrar puntos de convivencia que nos permitan avanzar hacia modelos de sociedad más libres, donde existan mayores posibilidades de ejercer los derechos y realizarnos individualmente. Y de lo que también se trata es de abandonar ciertas hipocresías, que condenan el topless de unas chicas en un balneario, pero que mira para otro lado frente a hechos de inusitada gravedad.

Celebro entonces que Necochea (mi Necolandia) haya sido el sitio donde se reinstaló esta polémica que, sin lugar a duda, contribuirá a hacernos más libres.”

Este mismo artículo podes leerlo en mi columna del Diario Globedia.com
http://ar.globedia.com/cuestion-genero-exhibir-senos-playa-delito-infraccion